Damián el Volcán

Cuento infantil (6+)

Escrito por: Paula Sicard

Valores: control de las emociones, amistad,  vivir en comunidad, colaboración, misión de vida.

Hace muchos, muchos, MUUUUCHOS siglos, cuando aún no existían las estaciones del año, ni las personas ―pero sí las mariposas―, en el medio de un árido desierto, había un joven volcán llamado Damián.

A pesar de ser tan joven, Damián era MUY grande, pero él no lo sabía ―claro, en ese tiempo no había espejos―. Tampoco sabía de la existencia de las mariposas, hasta que un día conoció a Doc MacDoc.

Presta atención a la historia de cómo Damián el Volcán conoció a Doc MacDoc, a las mariposas… ¡Y más!:

A cada rato ―más o menos cada veinte minutos―, Damián hace erupción. Él no sabe muy bien por qué. Cuando siente ganas de explotar, simplemente lo hace.

Él piensa que es el único ser que vive en ese lugar. ¡Aún más! Él cree que ese desierto tan seco y árido es el único lugar que existe en el mundo y por lo tanto, que ÉL es el único ser en el mundo.

A su alrededor solo hay montones de grises y silenciosas rocas. La verdad, se siente un poco solo. ¿Será por eso que tiene siempre tantas ganas de explotar?

Un día, como cualquier día después de veinte minutos de aburrido silencio, Damián se está preparando para su próxima explosión. Hace algunas burbujas que ponen su lava en ebullición. Unas pequeñas fumarolas se ven salir de su boca.

De repente una hermosísima mariposa de muchos colores llega volando muy cerca de él. Damián queda pasmado. Una de las fumarolas regresa a su boca y se la traga de la impresión.

―¡GLUP!

El joven volcán no puede creer que está viendo a otro ser, mucho menos a alguien tan hermoso y colorido ¡Y que además puede volar!

La mariposa se acerca más y más.

―Hola,  ¿cómo te llamas? ―dice la mariposa con naturalidad.

―Ho-hola ―contesta Damián tímidamente―. Soy Damián el Volcán. ¿Tú cómo te llamas? ¿Qué eres? Nunca había visto a alguien tan hermoso. M-mejor dicho, nunca había visto a nadie más.

―Me llamo Doc MacDoc. Soy una mariposa investigadora. Hay muchas mariposas más de donde vengo, pero no todas son investigadoras como yo. 

Damián no lo puede creer. ¡Hay más seres hermosos como Doc MacDoc! Se le ocurren muchas preguntas para hacer, pero la mariposa sigue hablando rápidamente. Parece que está muy apurada. 

―Vine a estas tierras para descubrir por qué a veces hace tanto calor por aquí. No nos acercamos por estos lados porque nos podemos quemar, pero he estado midiendo las temperaturas y encontré que solo se producen olas de calor cada veinte minutos. Luego se pone agradablemente tibio. A nosotras nos gusta cuando está tibio. Donde vivimos debemos escondernos en oscuras cuevas todo el tiempo porque es muy frío afuera. Si pudiera descubrir qué es lo que hace todo ese calor, quizás podría hacer algunos experimentos para mejorar el clima… Por cierto, debo irme antes de que suba la temperatura. ¡Ya va a ser tiempo! ¡Me voyyy…! ¡Ups, se me olvidaba! Antes de que me vaya, te puedo preguntar: ¿De casualidad sabes por qué se pone tan caliente aquí a veces?

La parlanchina mariposa está zumbando y, con una pata ya en el aire, levanta sus alas. Está a punto de despegar. Pero no quiere irse sin escuchar la respuesta de Damián, quien responde rápida y atropelladamente antes de que su nueva amiga se vaya:

―Mmmm no sé… Bu-bueno, sssi sé. ¡E-ES POR MÍ! 

¡Puff! 

Damián echa una suave y blanca fumarola. 

La mariposa ha dejado de aletear. Lo mira inmóvil, muy atenta y en silencio, como esperando que el volcán continúe su explicación.

―Verás, los volcanes, cuando hacemos erupción, expulsamos fuego, humo y lava, que son muy, muy calientes. Yo exploto a cada rato. ¡Es lo que hago! ―Damián se encoge de hombros.

Doc MacDoc lo interrumpe preocupada.

―¡Oh, debo irme! ¡Ya llega la hora de tu siguiente explosión!

―¡No te vayas, por favor!, puedo esperar… Si quieres hablar un poco más, no explotaré ―le ruega Damián muy interesado. Él quiere saber todo sobre el calor, las mariposas y esos experimentos que menciona Doc MacDoc―. ¿Puedes hablarme un poco más de esos temas?

Doc MacDoc se siente aliviada de que Damián no tenga que explotar. Además, le encanta hablar sobre sus investigaciones, así que la solicitud le parece muy tentadora. Entonces se relaja posada en una gran roca y habla sin parar, muy entusiasmada. Damián se deleita escuchando. 

Entre tantas cosas, Doc MacDoc explica que ha ido hasta allá con la esperanza de encontrar un lugar tibio, donde las mariposas puedan volar libremente a la luz del día sin tener que esconderse en cuevas. Le cuenta también a Damián todo lo que sabe sobre las temperaturas, las mariposas, todos los lugares y seres vivos que ha conocido y estudiado. 

Damián está feliz de tener una amiga y de saber que no está solo. ¡Cómo desea que Doc MacDoc se quede para siempre revoloteando a su alrededor! ¿Y si pudiera ayudar a que consiga ese lugar que sueña para ella y su familia? 

A Damián se le ocurre que si deja de explotar a cada rato, las mariposas y esos otros seres maravillosos se acercarán a él. Le cuenta esto a Doc MacDoc, a quien le parece una idea genial. 

―Me hará muy feliz poder hacer un hogar tibio para mi familia. Sé que si colaboramos, tú con tu calor y yo con mis conocimientos, ¡podremos hacerlo! ―celebra la mariposa.

Los dos amigos ponen manos a la obra. Con sus conocimientos, Doc MacDoc le explica a Damián cómo controlar las temperaturas, hacer frío y calor y también, a trabajar con el viento y las nubes para hacer nieve o lluvia. Damián hace todos los diferentes tipos de llamaradas, humo y lava que conoce ―con mucho cuidado, claro está, para que su amiga no se vaya a quemar―. Juntos, hacen muchos experimentos y pruebas, hasta que logran las combinaciones perfectas.  

Así, el volcán con su calor y la mariposa con su ciencia, crean juntos el verano, el otoño, el invierno y la primavera. ¡Y nacieron las estaciones del año! 

Además, siguiendo los consejos de Doc MacDoc y usando su calor de manera sabia, Damián hace que crezcan prados verdes y fértiles en lo que antes fueron sus áridas laderas. Se ha convertido en un experto de las temperaturas y ha construido en sus faldas un hogar maravilloso para las mariposas, plantas y otros animales. ¡Ahora todos quieren ir a vivir cerca de él!  

Damián se divierte mucho con tantos amigos y está tan feliz, que se ha hecho una coqueta corbata de rocas. También ha pintado unas lindas franjas rojas de lava en sus laderas. Junto con Doc MacDoc bautizan ese hermoso lugar como “La Pradera de las Estaciones”. 

Desde ese día en que Damián conoció a Doc MacDoc, los dos amigos se hicieron inseparables. Disfrutan de su mutua compañía y hablan y hablan de tantas cosas interesantes que Doc MacDoc tiene para contar. De vez en cuando también hacen divertidos experimentos.

… Y Damián nunca más estuvo solo. Y nunca, nunca jamás tuvo ganas de volver a explotar.

FIN.

small-Big Talk

Nota: Este cuento ha sido inspirado en la historia “El volcán, la mariposa y las estaciones del año”, ideada por Iker, de 6 años. Su hermosa ilustración en la portada.

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